¿Cómo la búsqueda incansable del poder se convierte en el camino directo a la infidelidad?
Es un patrón que se repite con una familiaridad desconcertante: líderes mundiales, titanes de la industria, atletas de élite y aclamadas estrellas de cine, hombres que han alcanzado la cima de sus respectivos campos, a menudo ven sus legados manchados por la infidelidad. Este fenómeno trasciende la cultura, la profesión y la geografía, lo que nos lleva a preguntarnos si se trata de una mera coincidencia o de algo más profundo. Descartarlo como simple narcisismo sería demasiado fácil; aunque sin duda algunos lo son, esta explicación se siente incompleta. Quizás, para entender este comportamiento, necesitamos cambiar el marco a través del cual lo observamos.
Un Cálculo Aparentemente Irracional
Desde una perspectiva lógica, la infidelidad en hombres de alto perfil parece un acto de autosabotaje. El perfil de riesgo-recompensa es abrumadoramente negativo. Un hombre exitoso arriesga su fortuna, su carrera, su reputación y, lo más importante, su familia, por un encuentro fugaz. Es una de las apuestas más altas que se pueden hacer por un placer que, en comparación, puede ser momentáneo. Estos hombres no han llegado a donde están tomando decisiones irracionales; su éxito es, de hecho, un testimonio de su capacidad para calcular y ejecutar estrategias complejas.
Entonces, si el comportamiento parece ilógico, es posible que estemos malinterpretando la ecuación. Partir de la premisa de que su comportamiento es, en su núcleo, racional para ellos, nos abre la puerta a una comprensión más profunda de sus verdaderas motivaciones.
Redefiniendo el Éxito: Un Medio para un Fin
La infidelidad en estos hombres se vuelve comprensible si dejamos de verla como un desliz y empezamos a considerarla como la culminación de un objetivo. La premisa es audaz pero poderosa: para muchos de ellos, el impulso incansable por alcanzar el éxito no era por el éxito en sí mismo, sino por lo que este proporciona. El dinero y el poder, como se sugiere en la icónica película Scarface, son los precursores para obtener acceso a la pareja deseada.
De manera consciente o inconsciente, el objetivo final de su monumental esfuerzo era asegurarse un acceso más fácil y frecuente a mujeres consideradas altamente deseables. Es la razón por la que un hombre trabajaría sin descanso, sacrificando su tiempo y energía. Nadie imagina la secuencia a la inversa: primero las mujeres, luego el poder y después el dinero. La lógica simplemente no funciona de esa manera. En la mayoría de los casos, esta motivación no es un pensamiento consciente, sino un impulso profundamente arraigado.
La Tormenta Perfecta: Oportunidad y Deseo Diferido
A esta dinámica se suma un factor crucial de tiempo. Los hombres, por lo general, no alcanzan su máximo potencial de estatus y recursos —y, por tanto, sus mejores "opciones"— hasta bien entrados en los 30 o 40 años. Para ese momento, muchos ya han establecido una familia y se han casado. Aquí es donde se gesta la receta para la infidelidad: un deseo primario, ahora combinado con un abanico de oportunidades que antes eran inalcanzables, crea una tentación de una magnitud inmensa. Es como el Anillo de Poder en la obra de Tolkien: incluso el más íntegro, como el sano Frodo, puede ser corrompido por su influencia constante.
Estos hombres han pospuesto la gratificación durante décadas, dedicándose por completo a sus ambiciones. Su excelencia fue el vehículo para obtener un mejor acceso social y romántico. Esperar que una persona renuncie a la recompensa por la que ha luchado toda su vida, justo cuando finalmente está a su alcance, puede ser una expectativa poco realista.
El Matrimonio y la Recompensa Postergada
¿Significa esto que estos hombres nunca debieron casarse? Quizás. Sin embargo, la realidad humana es compleja. La exclusividad sexual es solo una faceta del matrimonio; a menudo, la razón principal para casarse es construir una familia y criar hijos en un entorno protegido. Desechar todo el matrimonio por una de sus partes no siempre es la solución más lógica. Esto también nos obliga a reflexionar sobre la presión social que se ejerce sobre los hombres para que se casen. Pensemos en figuras públicas como Leonardo DiCaprio, quien es criticado por permanecer soltero a sus casi 50 años, pero que sin duda enfrentaría una crítica aún más feroz si se casara y luego fuera infiel o se divorciara. Es un dilema sin una salida fácil.
El objetivo final de la ambición masculina parece estar intrínsecamente ligado a asegurar un acceso más amplio y de mayor calidad a parejas potenciales. Esto es posible porque los frutos de esa ambición —el éxito y el estatus— coinciden con las preferencias de pareja que, en general, muchas mujeres manifiestan. Es un sistema que se retroalimenta.
Si dejamos de lado el juicio moral por un momento, esta perspectiva evolutiva sugiere que las raíces de este comportamiento son muy profundas. Por ello, cuanto más alto se asciende en cualquier jerarquía social, más visible se vuelve este patrón. En cierto modo, es la razón por la que las jerarquías existen. Quizás, entonces, no deberíamos sorprendernos tanto cuando la historia se repite una y otra vez.
Referencias
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Buss, D. M. (2016). The Evolution of Desire: Strategies of Human Mating (Revised and updated edition). Basic Books.
Este libro fundamental de la psicología evolutiva explora las estrategias de apareamiento a largo y corto plazo de hombres y mujeres. Las secciones sobre las estrategias masculinas a corto plazo detallan cómo el impulso por la variedad sexual y el acceso a múltiples parejas es una característica evolutiva, que se ve magnificada por el estatus y los recursos. (Ver especialmente los capítulos 3 y 4). -
Wright, R. (1994). The Moral Animal: Why We Are the Way We Are: The New Science of Evolutionary Psychology. Pantheon Books.
Wright aplica los principios de la psicología evolutiva a la vida y la moralidad humanas. Analiza cómo los impulsos biológicos, como la tendencia del macho a la poligamia (especialmente en aquellos con alto estatus), entran en conflicto con las construcciones sociales como la monogamia. Ofrece un marco para entender por qué la tentación de la infidelidad puede ser tan fuerte en hombres exitosos. (Ver especialmente los capítulos sobre monogamia y estratificación social).