Psicoprofilaxis quirúrgica
La psicoprofilaxis quirúrgica es un proceso terapéutico breve, cuyo objetivo es preventivo, focalizado en reducir el impacto que puede ocasionar la noticia de una operación, facilitando a afrontarla, para lograr la disminución de sintomatología asociada a este hecho traumático. (enuresis, trastornos del habla, del sueño, de la alimentación, escolares, temores nocturnos, étc.)
El psicólogo hace de traductor, para que el niño y sus padres, hagan conscientes lo que los perturba. En esta labor intervienen también todo el equipo médico.
La herramienta principal para la labor psicoprofiláctica-terapéutica es el juego. Éste le permite al niño confrontar sus fantasías y temores vinculados a la enfermedad, a la operación y procedimientos médicos.
El niño cuando llega a la situación de internación, o al consultorio médico, llega con: irritabilidad, malestar, dolor, alteraciones en su ritmo diario, fatiga, entre otros. Cuando ya llevan un tiempo prolongado enfermos pueden presentar: regresión, depresión, falsa visión de la realidad, alteraciones en su imagen corporal, dificultades escolares, étc. Éstas reacciones son provocadas por los diversos procedimientos médicos previos a la intervención que implican la separación de su familia y su reubicación en un ambiente extraño, posibilidad de dolor, miedo a morir o a ser maltratado.
Todo proceso de preparación quirúrgica, se divide en tres momentos: el prequirúrgico, el acto quirúrgico y el postquirúrgico. Todo el proceso lleva alrededor de 6 a 8 encuentros. Se trabaja con médicos, padres y pacientes.
"El niño tiene derecho a ser informado en función de su edad, de su desarrollo mental y estado afectivo, de los diagnósticos y de las prácticas terapéuticas a que se lo somete" (Carta Europea de los Niños Hospitalizados, 1986).
También se trabaja con los padres, que en general desean informar a sus hijos, pero no saben cómo hacerlo.
Una buena preparación prequirúrgica equivale a una intervención quirúrgica exitosa, a una rápida recuperación y a minimizar el impacto emocional ocasionado por el acto quirúrgico y la hospitalización.
ES ESENCIAL QUE EL FAMILIAR O ALLEGADO SOLICITE LA PSICOPROFILAXIS QUIRÚRGICA, MÁS ALLÁ QUE EL MÉDICO LA SUGIERA O NO.
