Cómo ser saludable en estos tiempos?

El humano es el único ser que está constituido por 3 dimensiones interrelacionadas entre sí, imposibles de separar, que actúan en conjunto, a las que debemos cuidar:

• El cuerpo: es el sostén físico, que debemos cuidar con buena nutrición, ejercicio, descanso.
• La mente: que puede ayudarnos o llevarnos a pensamientos, recuerdos, que nos pueden dañar…el pasado, el presente; o no dejarnos reparar que hay un prójimo que está sufriendo, necesitando de nosotros
• Lo emocional afectivo: poder encontrar lo que nos une con los otros, poder expresar gratitud, registrar las emociones que acompañan lo que hacemos.

Esta interrelación podemos observarla tanto de modo positivo como negativo…

Somos seres Bio-psico-sociales, viviendo en un ambiente, nuestras conductas son “actos en contexto” el foco no solo está en la forma, sino en la función que cumple en la interacción con el medio. Es en esa interacción que nos descubrimos seres sociales, el relacionarnos con otros contribuye a la felicidad, somos seres de encuentro, modificando favorablemente nuestra longevidad o siendo escuchas pasivas de todo lo que nos quieran cargar, enojándonos, frustrándonos…

Hoy vengo a contarles una buena noticia

Aprender a gestionar la mente nos ayuda a tener un mejor resultado en el área física, y en el impacto anímico. Así como hay cosas que nos hacen dar cuenta que esa interrelación nos perjudica, otras nos muestran que podemos tener resultados positivos:

• Un ejercicio físico disfrutado mejora el ánimo.
• Hay alimentos que mejoran la depresión.
• Unas palabras de aliento nos hacen aliviar el dolor.
• Ejercicios de relajación.
• Estar con uno mismo en el presente más allá del entorno.

¿Cómo tomar el control en nuestras manos? ¿Cómo recuperar la salud? ¿Qué es tener salud? ¿Qué podemos hacer para tener una vida saludable?

Hasta 1948 se consideraba que alguien sano era tener ausencia de enfermedad física. En ese año, la Organización Mundial de la Salud modifico el sentido del término:

“La salud es un estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o de la enfermedad.”

Esta definición hizo que nos pensáramos ya no solo como cuerpos físicos vulnerables, sino también como seres mentales, emocionales y sociales.

Así surgieron cambios para preservar a la persona para que no enferme y darle recursos para una adecuada calidad de vida, comenzando a ver incluida en las indicaciones de un médico: “mejorar la alimentación, el descanso, aumentar la actividad física” … habilitando una función más integral: la prevención.

¿Qué podemos hacer para poder mejorar nuestra calidad de vida cotidiana y a futuro?: La Prevención.

La prevención es definida por la OMS como las:

“Medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida” (OMS, 1998)

Teniendo en cuenta este concepto de ser humano integral, conformado por mente, cuerpo y emociones, vinculado con otros… No podemos dejar de pensar en algunas patologías que afectan y preocupan a nivel mundial... La demencia.

[Image of comparison between healthy human brain and brain with dementia]

“La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal. La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia no se ve afectada. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.” (OMS)

La OMS asegura que se puede reducir el riesgo de padecer demencia si tenemos en cuenta esto:

• Realizar ejercicio con regularidad.
• No fumar.
• Evitar el uso nocivo del alcohol.
• Control adecuado de peso.
• Alimentación saludable.
• Control de tensión arterial, colesterol y glucosa.
• Control de la depresión.
• Estimulación cognitiva.
• Vínculos sociales positivos.

En concordancia con la OMS, la Comisión sobre prevención, intervención y atención de la demencia de “The Lancet”, una prestigiosa revista científica británica, nombro 12 factores de riesgo a lo largo de la vida que podrían retrasar o prevenir el 40% de los casos de demencia si se toman a consideración, que además de los conocidos agregaron: que la prevención se debe realizar durante toda la vida, que debemos evitar estar expuestos a altos niveles de ruido, a traumatismos y contaminación ambiental.

Gill Livingston, uno de los autores principales del artículo, llama además a un Compromiso social Mundial, respecto a las medidas a desarrollar ante esta problemática:

"Nuestro informe muestra que está dentro del poder de los responsables políticos y de las personas prevenir y retrasar una proporción significativa de la demencia, con oportunidades para tener impacto en cada etapa de la vida de una persona"

Ahí llega nuestro protagonismo, somos capaces de responder a esa convocatoria que nos responsabiliza del modo en que nos comportemos para ver un impacto positivo en nuestra salud, en nuestros vínculos, en lo que somos. En esta actualización reconocen los efectos que el medio puede ocasionar, pero la posibilidad de cuidarnos de ellos, nos dan la oportunidad de a través del conocimiento, plantearnos la dirección a seguir.

¿Por qué nos cuesta hacer cambios que sabemos pueden ser positivos? ¿Por qué cambiar?

¿Por qué intentar hacer eso que quizás nos molesta, nos incomoda, no tenemos ganas?…

Un cambio de rutina, de habito, de lo que sea, está a nuestro alcance, pero más allá que podemos entender que es algo que puede ayudarnos a sentirnos mejor en un futuro, no nos alcanza si no nos acompaña además el impulso de la convicción de que podremos.

[Image of comfort zone vs growth zone diagram psychology]

Salir de la comodidad conocida, nos da miedo, como cuando un animal debe abandonar su cueva… Quizás es fría, oscura, incomoda, pero para el animal ese lugar conocido le resulta confortable, le da seguridad… Más valorada todavía esa seguridad de la cueva si ese animal para buscar comida salió y estuvieron por cazarlo, se sintió en riesgo.

Cuando salimos de nuestra zona de confort, nos sentimos vulnerables como el animal, temerosos, expuestos a la posibilidad de sufrir. Muchos casi preferirían volver a refugiarse a terreno seguro, es como algo visceral tratar de huir del sufrimiento. (Mejor me como ese chocolate porque estoy triste, aunque este mal del hígado)

Si cambiar algo es difícil, es por la resistencia que nosotros mismos ponemos. Sabemos que deberíamos hacerlo, pero internamente algo nos dice: “No vas a poder, vas a sufrir”

Pero para llegar a aquello que es valioso, que puede tener que ver con una vejez donde uno puede estar conectado a los que quiere, con toda la sabiduría que acumulamos durante años… quizás tenga que hacer algo que por momentos es complicado (como todos estos factores de prevención) y donde lo más fácil sería pensar “no me importa, ahora estoy bien, estoy con salud, no me preocupo, ya veré”, pero es justamente ahí con una acción comprometida para llegar a eso que queremos o que creemos que es lo valioso que debemos abandonar la madriguera de las viejas costumbres conocidas. No esperemos a tener una vida valiosa en el último momento de nuestras vidas y no aprovechar todas nuestras capacidades para vivir mejor. Saber además que una vida también acarrea momentos de sufrimiento.

Me gustaría finalizar con una historia

Un día preparamos el auto, el equipaje y salimos de viaje. Comenzamos a disfrutar el recorrido, hay partes más difíciles de transitar, montañas empinadas, caminos de tierra, bosques que parecen infinitos… hay momentos que debemos atravesar túneles oscuros que desconocemos donde terminan, que casi no podemos ni vernos a nosotros mismos, pero confiamos en nuestro mapa y sabemos que vamos hacia donde nos propusimos llegar.

El Viaje es como la vida, hay partes más y menos complicadas, montañas difíciles de subir, que también nos permiten luego tener una mejor vista del recorrido, bosques que parecen que no avanzamos a ningún lado, túneles tan oscuros que solo entramos porque confiamos que sabemos adónde queremos llegar, con señales que reconocemos en el mapa, metas a corto plazo que nos acercan, pero no son el final del recorrido.

Viajar hacia lo que valoramos implica una necesaria tensión entre la atención dada a la dirección, los puntos en el camino, nosotros mismos, conseguir un equilibrio...

Prestar atención solo al recorrido puede hacernos chocar… prestar un exceso de atención a nuestro auto, quizás nos haga perder el punto donde queremos llegar.

“Cuando un hombre tiene la intención de cambiar y transformar su mente y su corazón, ninguna fuerza humana puede detenerlo. Se manifiesta en su totalidad y con humildad la ofrece al mundo.”
(Mindfulness en la era del miedo y la ansiedad- Clara Badino.)