¿Por qué tu peor crisis puede ser en realidad una bendición disfrazada?
Imagina a un hombre corriendo por su vida, con el aliento de un tigre hambriento en su nuca. En su desesperación, se topa con un pozo abandonado y salta dentro, buscando un refugio seguro. Sin embargo, su alivio es efímero. Mientras cae, se da cuenta de que en el fondo de ese pozo seco le espera una serpiente venenosa. Justo antes de llegar al final, su mano encuentra una raíz que sobresale de la pared y se aferra a ella con todas sus fuerzas.
Ahora está suspendido. Arriba, el tigre lo observa, esperando a que salga. Abajo, la serpiente aguarda a que caiga. Como si la situación no fuera suficientemente precaria, dos pequeños ratones, uno blanco y otro negro, emergen de un agujero en la pared y comienzan a roer metódicamente la única raíz que lo sostiene. ¿Qué puede hacer?
El Abismo de la Desesperación
Esta antigua historia budista es una poderosa metáfora del estado en el que, en ocasiones, todos nos encontramos: una situación que parece no tener escapatoria. A veces, al huir de nuestros problemas (el tigre), caemos en dificultades aún mayores (la serpiente). Y cuando la última brizna de seguridad a la que nos aferramos (la raíz) comienza a desvanecerse por el paso inexorable del tiempo (los ratones del día y la noche), sentimos que estamos a merced de un destino terrible e incontrolable. Cuando todo se desmorona, ¿cuál es la mejor forma de actuar?
La Verdadera Prisión: Nuestra Mente
Lo primero que debemos comprender es que no son las circunstancias las que nos hacen desdichados, sino nuestra percepción de ellas. Aunque el hombre que cuelga en el pozo es impotente ante las fuerzas externas, su estado de ánimo depende enteramente de su enfoque interno.
En la filosofía budista, se habla de los «ocho vientos mundanos»: placer y dolor, ganancia y pérdida, alabanza y culpa, fama y descrédito. La mayoría de nosotros somos arrastrados por estos vientos. Nos alegramos con el placer y sufrimos con el dolor. Nos sentimos eufóricos con la fama y deprimidos con la crítica. El problema de vivir así es que entregamos el control de nuestro bienestar a factores externos que no dependen de nosotros, volviéndonos esclavos de nuestro entorno.
Una persona común probablemente entraría en pánico en la situación del pozo. Pero este hombre, familiarizado con estas enseñanzas, observa la escena con una calma sorprendente.
Un Acto de Rebelión: Encontrar la Miel
De repente, se da cuenta de algo. Justo a su lado, de una pequeña colmena en la pared, gotea una gota de miel. En medio de esa situación límite, se inclina y la lame. Y en ese instante, en medio del terror, encuentra un momento de dulzura.
Encontrar alegría ante una miseria aparentemente inevitable es el máximo acto de rebelión. Cuando ni las circunstancias más terribles pueden impedir que disfrutes de lo que te ofrece el momento presente, has alcanzado la verdadera libertad. Es la libertad de la que hablaba el filósofo Albert Camus cuando afirmaba que la única forma de lidiar con un mundo sin libertad es volverse tan absolutamente libre que nuestra propia existencia sea un acto de rebelión.
El hombre del pozo sabía que el pánico o la ira no servirían de nada. Los sucesos desagradables, incluso mortales, son una parte inevitable de la vida. Por lo tanto, lo mejor que podía hacer era ejercer control sobre lo único que podía: su propia percepción y la capacidad de encontrar alegría en sus momentos más oscuros.
El Viento del Cambio: «Esto También Pasará»
Hubo otra verdad que le dio la compostura para saborear la miel. Durante su aprendizaje, había interiorizado que el cambio es la única constante. Simplemente, no sabemos hacia dónde nos llevará.
Se cuenta la historia de un rey oriental que se sentía eufórico en los buenos tiempos y profundamente deprimido en los malos. Un sabio le regaló un anillo con una inscripción: «Esto también pasará». El anillo le recordaba la naturaleza efímera de cada momento. En la bonanza, le enseñaba a ser humilde y a prepararse para la adversidad. En la desdicha, le daba la certeza de que, por permanentes que parecieran sus problemas, también llegarían a su fin.
A menudo subestimamos el poder del cambio porque nuestra percepción está anclada en el presente. Las personas en situaciones desesperadas creen que su miseria es infinita porque no ven la luz al final del túnel. Olvidan que, mientras están atrapadas en su percepción, la realidad misma está cambiando en segundo plano.
Cuando la Vida Encaja en su Lugar
Lo que percibimos como el desmoronamiento de nuestra vida puede ser, en realidad, el proceso mediante el cual todo encaja, a menudo de formas que nunca hubiéramos esperado.
Esto fue exactamente lo que le sucedió al hombre del pozo. Su destino parecía sellado, pero el cambio actuó de una manera sorprendente. El tigre, impaciente y hambriento, se asomó demasiado por el borde del pozo, perdió el equilibrio y cayó. En su caída, aplastó a la serpiente y se rompió el cuello al golpear el fondo. De repente, el camino del hombre quedó libre para salir y sobrevivir.
Por muy sombrío que parezca el panorama, la solución puede estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, es inútil esperar un resultado concreto. Como dijo el filósofo estoico Epicteto: «No exijas que las cosas sucedan como tú deseas, sino desea que sucedan como suceden, y te irá bien».
A veces, no hay nada que podamos hacer para cambiar nuestras circunstancias. Pero siempre podemos elegir nuestra actitud ante ellas. El dolor es seguro; el sufrimiento es opcional. Entonces, ¿le damos a las circunstancias el poder de hacernos miserables, o nos atrevemos a disfrutar un poco de miel?
Referencias
- Reps, P., & Senzaki, N. (Comp.). (1998). Zen Flesh, Zen Bones: A Collection of Zen and Pre-Zen Writings. Tuttle Publishing.
Este libro es una compilación clásica de textos Zen. Incluye la parábola fundamental del hombre, el tigre y la serpiente (a menudo presentada como la historia del tigre y la fresa), que sirve como la metáfora central del artículo sobre la aceptación del presente y la naturaleza efímera de la vida. - Epicteto. (siglo II). Enquiridión (o Manual de vida).
Esta obra fundamental del estoicismo ofrece principios prácticos para alcanzar la tranquilidad mental. El artículo cita directamente su enseñanza de aceptar los acontecimientos tal como ocurren en lugar de desear que ocurran de otra manera, lo que refuerza el tema de controlar la percepción en lugar de las circunstancias externas (específicamente en el pasaje 8). - Camus, A. (1942). El Mito de Sísifo. Gallimard.
En este ensayo filosófico clave del existencialismo, Camus explora la búsqueda de sentido en un universo absurdo y sin propósito. El concepto de rebelión mencionado en el artículo —la idea de que vivir plenamente y libremente es un acto de desafío contra la falta de sentido— es un tema central de esta obra, que aboga por abrazar la vida a pesar de su inherente absurdo.