El sexo se define por las características biológicas de una persona, como los cromosomas, las gónadas, los niveles hormonales y los órganos reproductivos. Tradicionalmente, se distingue entre sexo femenino y masculino, aunque existen variaciones intersexuales que muestran que no todo encaja en una clasificación estricta.
La sexualidad abarca mucho más que la biología; incluye deseos, emociones, fantasías y comportamientos relacionados con la intimidad y el placer. Cada individuo experimenta la sexualidad de manera única, influido por factores psicológicos, sociales y culturales que determinan las actitudes frente al sexo y la forma de expresarlo.
La identidad de género es la vivencia interna y profunda que una persona tiene de su propio género, la cual puede coincidir o no con el sexo asignado al nacer. Comprender y respetar la identidad de género —ya sea cisgénero, transgénero, no binaria u otra— es crucial para garantizar la salud mental y el reconocimiento social de cada individuo.
La orientación sexual se refiere a la inclinación emocional, romántica o sexual hacia otras personas. Puede ser heterosexual (atracción hacia el sexo opuesto), homosexual (hacia el mismo sexo), bisexual, pansexual, asexual, entre otras. Cada orientación es válida y forma parte de la diversidad humana.
La expresión de género y sexual implica cómo las personas muestran externamente su identidad y sus deseos, a través del estilo de vestir, la conducta y la comunicación. Defender el derecho a una amplia variedad de expresiones es fundamental para una convivencia respetuosa.
Las normas sociales y culturales influyen significativamente en las creencias y prácticas relacionadas con el sexo y la sexualidad. Factores como la religión, la educación y las leyes pueden promover o restringir el acceso a servicios de salud sexual, la información y los derechos reproductivos.
Fomentar la comprensión y aceptación de la diversidad en sexo, género y sexualidad fortalece el respeto mutuo y contribuye a prevenir la discriminación y la violencia. La educación sexual integral, fundamentada en datos verídicos y enfoques inclusivos, es clave para formar individuos y comunidades más sanos y equitativos.