El Drama Simbólico, conocido en los manuales como Psicoterapia Katathym Imaginativa, llegó a Hispanoamérica de la mano de psicoanalistas formados en Alemania que buscaban una técnica más experiencial que el diván clásico. Su núcleo es sencillo: inducir un estado de relajación y permitir que el inconsciente proyecte escenas cargadas de símbolos, las cuales luego se exploran mediante diálogo activo y, cuando es pertinente, movimiento corporal o dibujo. A diferencia de la hipnosis, el cliente r...
El proceso se divide en etapa de inducción (respiración, conteo regresivo o focalización en un color neutro), generación de imágenes y dramatización dialogada. Un bosque oscuro puede revelar un lobo que guarda una llave; un pasillo infinito puede abrirse a una sala luminosa tras una puerta. El terapeuta pregunta: “¿Qué siente tu cuerpo cuando el lobo se acerca?”; así ancla la emoción en sensación física.
Investigaciones de la Universidad Nacional de La Plata (2024) demostraron que, en pacientes con duelo complicado, la técnica facilitó despedidas simbólicas —por ejemplo, liberar un globo en el imaginario— y redujo en 30 % los puntajes de desesperanza. Además, la modalidad grupal mostró aumento de empatía al compartir imágenes y resonancias.
La adaptación cultural incluye la imaginería de volcanes, selvas o patios coloniales. Terapeutas de comunidades mayas usan simbolismos del Popol Vuh; en el Cono Sur, se invitan paisajes de la Pampa o del altiplano. Esta resonancia estética potencia sentimiento de arraigo y legitima la imaginación como patrimonio cultural.
La ética del Drama Simbólico subraya la importancia de anclar al final: se invita al consultante a mover brazos y piernas, describir tres objetos reales de la sala y beber agua para cerrar el proceso. Se evita interpretaciones cerradas; el significado se co-construye, reconociendo la polisemia del símbolo.
Asumir el Drama Simbólico es abrir un teatro interior donde mitos personales se reescriben, ofreciendo al protagonista nuevas rutas para vivir su historia con mayor libertad.