La Terapia Centrada en la Compasión (CFT, por sus siglas en inglés) ha irrumpido con fuerza en el panorama hispanohablante, especialmente entre personas que, pese a llevar años de terapia cognitiva, siguen atrapadas en el látigo de la autocrítica. Paul Gilbert describió que el ser humano dispone de tres sistemas motivacionales: uno orientado a la amenaza, otro a la consecución de logros y un tercero al cuidado. Cuando la balanza se inclina hacia la amenaza —por bullying, trauma o entornos de exigencia ...
En la consulta, la terapeuta ilustra estos sistemas con un semáforo emocional: rojo para la alarma, amarillo para la búsqueda y verde para el cuidado. A través de ejercicios de respiración lenta con manos sobre el pecho, el paciente aprende a «encender la luz verde» y a notar cómo aflojan hombros y mandíbula. La imaginación guiada —por ejemplo, visualizar un lugar seguro con sonidos, colores y texturas— estimula la corteza sensorial y reduce la hiperactivación límbica. Estudios de la Universidad Comprut...
Una técnica clave es la entrevista de voz compasiva: se invita al paciente a adoptar un tono amable y firme para responder a su crítico interior. Al principio suena artificial, pero la práctica regular crea huellas neuronales que facilitan el acceso a ese estado en momentos de estrés real. Tareas para casa incluyen el «diario de los tres gestos»: cada noche anotar un gesto de bondad recibido, uno ofrecido y uno auto‑dirigido.
Los datos empíricos son prometedores. Un metaanálisis de 2024 que revisó 27 ensayos controlados encontró tamaños de efecto moderados para reducción de vergüenza y miedo a la compasión. Además, la CFT grupal se muestra eficaz para trastornos alimentarios, ya que aborda la culpa corporal y fomenta el contacto con sensaciones de saciedad y dignidad.
Sin embargo, no es un tratamiento exprés. Requiere valentía para mirar el dolor sin fusionarse con él. Personas con trauma severo pueden alternar CFT con trabajo de estabilización somática. Además, el terapeuta debe encarnar la compasión: tono de voz calmado, postura receptiva y genuina calidez. De lo contrario, el paciente detecta incoherencia y se reactiva el sistema de amenaza.
Antes de iniciar, conviene preguntar por la formación específica y la supervisión del profesional. La Compassionate Mind Foundation imparte cursos avalados internacionalmente. Cuando el proceso avanza, surge una paradoja liberadora: al permitir la vulnerabilidad, el sujeto descubre que su valor no depende de rendimientos perfectos, y la autocrítica cede paso a la responsabilidad amable. La CFT se convierte así en un laboratorio donde el corazón y la mente ensayan un nuevo lenguaje de bienestar.