La Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS) se ha posicionado en Hispanoamérica como un antídoto a la narrativa de “todo o nada”. Su eje es preguntar qué funciona ya, aunque sea por instantes, y amplificarlo. El terapeuta invita al consultante a describir con lujo de detalles el “milagro” —esa mañana en que despierta y el problema desapareció—, para luego desmenuzar qué señales indicarían que el milagro empezó a ocurrir. Este ejercicio convierte la esperanza en mapa observable.
En atención primaria chilena, la TBCS se emplea en tres sesiones de 25 minutos. Las investigaciones del Instituto Milenio para la Depresión revelan que el 65 % de los pacientes reporta avances sostenidos a las seis semanas. El secreto radica en detectar “momentos de excepción”: una madre con ira postparto recuerda que se sintió calmada al cantar boleros; la tarea será programar música cada noche. Así, pequeñas variaciones se replican como células que colonizan el panorama emocional.
La terapia se adapta a contextos colectivos. En proyectos de paz colombianos, excombatientes se sientan en círculo y responden: “¿Cuál fue tu mínima señal de convivencia esta semana?” Un gesto tan simple como saludar al vecino se convierte en logro que alimenta la narrativa de reconciliación. Escuelas rurales mexicanas usan carteles donde estudiantes marcan su puntaje de bienestar diario; cuando sube un punto, el grupo celebra con palmas y busca repetir la estrategia asociada.
El lenguaje importa: se evitan preguntas “por qué” que reactivan defensividad, y se priorizan “qué” y “cómo”. El terapeuta actúa como periodista del futuro deseado, no detective del pasado doloroso. Esta orientación reduce sensación de culpa y acelera la acción.
La formación sugerida por la Federación Latinoamericana de TBCS exige 32 horas teóricas y práctica supervisada. La ética destaca el respeto a la autodeterminación: el cambio pertenece al cliente. Elegir TBCS equivale a adoptar una lupa para los signos de resiliencia que ya existen y multiplicarlos hasta que la solución ocupe más espacio que el problema.