La Psicología Energética se presenta como un paradigma integrador que une la sabiduría de la medicina tradicional china, la kinesiología aplicada y la psicoterapia cognitivo‑conductual. Su premisa básica señala que las experiencias traumáticas dejan «huellas energéticas» en la red meridiana del organismo, perturbando el flujo de qi y, con ello, la capacidad del sistema para volver a la homeostasis. Al estimular puntos acupunturales mientras se evocan imágenes dolorosas, la persona facilita la reconsolidación de la memoria y la regulación del sistema nervioso autónomo.
En una sesión de EFT, por ejemplo, el consultante formula la frase «Aunque recuerdo el accidente, elijo sentirme seguro aquí y ahora». Luego, siguiendo un orden establecido, golpea suavemente puntos en rostro y torso. Investigaciones de la Universidad de Salamanca (2023) corroboran que esta estimulación reduce niveles de cortisol y aumenta ondas alfa frontal, asociadas a relajación despierta.
Más allá de EFT, la Psicología Energética agrupa técnicas como REMAP, EDxTM y Psych‑K, algunas incorporando test muscular para identificar creencias subconscientes. En Chile, terapeutas combinan tapping con cuecas y percusión corporal, aprovechando ritmos locales para reforzar la bilateralidad cerebral.
El campo no está exento de controversia. Críticos argumentan que la evidencia sigue limitada y que ciertos promotores exageran alcances (curar cáncer). Instituciones como EMDR Iberoamérica recomiendan un uso complementario, con consentimiento informado que aclare estatus científico. Aun así, metaanálisis de 2024 identificaron tamaños de efecto moderados para ansiedad y dolor crónico, sugiriendo que la regulación vagal podría mediar los beneficios.
La formación varía: diplomados de 80 horas que incluyen neuroanatomía básica, habilidades de contención y sesiones supervisadas. Un código ético insta a no reemplazar tratamiento médico y a derivar cuando emergen síntomas psicóticos. Las plataformas de salud integrativa exigen aval profesional para listar servicios.
Dentro de contextos latinos, la Psicología Energética resuena porque integra espiritualidad y ciencia. Al ofrecer una vía de sanación que honra el lenguaje corporal y tradiciones ancestrales, permite que las personas recuperen la sensación de poder personal sin renunciar a la evidencia clínica.