La Psicología Adleriana, o Psicología Individual, destaca que cada persona se mueve por metas propias dentro de un entramado social al que necesita pertenecer. Alfred Adler, contemporáneo de Freud pero crítico con su énfasis biológico, planteó a comienzos del siglo XX que la voluntad de poder no busca dominar, sino sentirse útil en la comunidad. Desde esta óptica, los síntomas no son enfermedades aisladas, sino estrategias que el individuo adopta para proteger su sentido de valía.
Ejes teóricos
El interés social (Gemeinschaftsgefühl) constituye la columna vertebral: una actitud de solidaridad activa con el prójimo. Cuando un niño percibe que contribuye y es reconocido, florece la confianza; si se siente marginado, puede generar un complejo de inferioridad que coloreará su «estilo de vida» —la forma típica de pensar, sentir y actuar en el mundo.
Estilo de vida
Según Adler, cada persona crea un guion temprano que da coherencia a su experiencia. Este guion incluye una meta ficticia: «solo seré suficiente si…». La terapia invita a examinar esa meta, entendiendo cómo limita las posibilidades actuales. La clave no es culpar a la infancia, sino reconocer la libertad de elegir un rumbo distinto.
Proceso terapéutico
El terapeuta adleriano trabaja en colaboración horizontal. A través del análisis de recuerdos tempranos, la observación de la dinámica familiar y el uso de tareas fuera de sesión, ayuda al cliente a detectar las creencias oculta tras sus síntomas. El método privilegia el estímulo: se refuerzan los esfuerzos genuinos y se fomenta la responsabilidad personal sin moralizar.
Herramientas concretas
- Reenfoque de metas: revisar las metas actuales para alinearlas con valores pro‑sociales.
- Juegos de roles: ensayar conductas cooperativas que contrarresten patrones competitivos.
- Cartas de aliento: ejercicios escritos para cultivar una voz interna compasiva.
- Apoyo grupal: participación en grupos de crianza o talleres escolares para fortalecer el sentido comunitario.
Ámbitos de aplicación
La Psicología Adleriana ha demostrado utilidad en la intervención con familias, prevención de bullying, tratamiento de adicciones y coaching laboral. Su enfoque positivo facilita la creación de comunidades escolares basadas en la cooperación, disminuyendo problemas de disciplina y mejorando la autoestima estudiantil.
Ventaja diferencial
Si siente que sus esfuerzos por «ser perfecto» lo aíslan o le generan agotamiento, un proceso adleriano puede ayudarle a redescubrir el valor de contribuir antes que competir. El resultado es una vida guiada por el coraje de ser imperfecto y la satisfacción de saber que sus acciones importan tanto para usted como para quienes lo rodean.