La Terapia de Aceptación y Compromiso, conocida como ACT por sus siglas en inglés, parte de una premisa audaz: el sufrimiento no se supera reprimiendo emociones, sino cambiando la relación que tenemos con ellas. Mediante ejercicios experienciales y atención plena, el tratamiento ayuda a soltar la lucha interna y dar pasos deliberados hacia lo que otorga sentido a la existencia.
Enfoque y antecedentes
Creada a finales del siglo XX dentro de la tradición conductual, ACT fusiona investigación empírica con prácticas de mindfulness. No pretende convertir la mente en «una pantalla en blanco», sino enseñarle a reconocer pensamientos y sentimientos sin quedar atrapada en ellos.
Procesos esenciales
- Aceptación: abrazar sensaciones, recuerdos y emociones tal como aparecen.
- Defusión: desenredar los pensamientos de la realidad objetiva; verlos como un evento mental.
- Conciencia del presente: anclar la atención en el aquí y ahora.
- Yo como contexto: tomar perspectiva, observar la propia historia sin quedar definido por ella.
- Valores: descubrir qué principios queremos que guíen nuestras acciones.
- Acción comprometida: traducir valores en conductas observables, aunque haya miedo o duda.
Dinámica terapéutica
Durante las sesiones, la persona practica ejercicios de respiración, imagina metáforas como «el autobús de la vida» y analiza decisiones cotidianas bajo la lupa de sus valores. No se busca «resolver» cada pensamiento negativo, sino avanzar con ellos en la mochila, dejando de gastar energía en empujarlos fuera de la mente.
Aplicaciones clínicas
ACT ha demostrado eficacia en ansiedad social, dolor persistente, trastornos de la alimentación e incluso optimización del rendimiento laboral. Su fortaleza radica en que enseña habilidades transferibles a muchas áreas: flexibilidad, compasión y pragmatismo.
Beneficio clave
Quien adopta esta filosofía aprende a vivir con más ligereza: los pensamientos difíciles se vuelven ruido de fondo y la brújula interna —los valores— orienta cada paso, permitiendo construir una vida coherente y plena.