Un terapeuta Gestalt es un profesional de la salud mental especializado en la terapia Gestalt, un enfoque humanista y experiencial que se centra en la percepción y la experiencia presente del individuo. Facilita la toma de conciencia de sensaciones, pensamientos y emociones, fomentando la integración personal.
Entre sus funciones destacan la exploración de asuntos inconclusos que afectan el vivir actual, la identificación de patrones de relación y la promoción de la autoconciencia. Emplea técnicas como la silla vacía, el juego de roles y la atención plena para que el cliente experimente y exprese aspectos internos no resueltos.
La formación de un terapeuta Gestalt suele incluir un grado en psicología, psicoterapia o disciplinas afines, complementado con una especialización acreditada en terapia Gestalt. La experiencia personal, la supervisión continua y la ética profesional son fundamentales.
Trabaja en sesiones individuales o grupales, creando un espacio de confianza y aceptación sin juicios. Observa el lenguaje verbal y no verbal del cliente, adaptando la intervención a las necesidades del momento y fomentando el contacto directo con la vivencia presente.
Colabora interdisciplinariamente con psicólogos, psiquiatras y otros especialistas de la salud para asegurar un abordaje integral. La documentación rigurosa y la evaluación de resultados contribuyen a la calidad y mejora continua del proceso terapéutico.
Su objetivo es potenciar la responsabilidad personal y la capacidad de autorregulación, permitiendo al cliente tomar decisiones más saludables, establecer límites adecuados y cultivar relaciones auténticas. Así, la terapia Gestalt promueve el bienestar emocional y la plenitud en la vida cotidiana.