Un terapeuta cognitivo-conductual es un profesional de la salud mental especializado en la aplicación de la terapia cognitivo-conductual (TCC), un enfoque psicoterapéutico basado en la idea de que los pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados. Este profesional trabaja con individuos para identificar y modificar pensamientos y creencias disfuncionales que generan malestar emocional y conductas problemáticas.
Entre sus funciones principales se encuentran la evaluación de patrones de pensamiento mediante entrevistas y cuestionarios, el establecimiento de objetivos terapéuticos claros y la implementación de técnicas como reestructuración cognitiva, exposición gradual y entrenamiento en habilidades de afrontamiento. Las sesiones suelen ser estructuradas y orientadas a metas concretas.
El terapeuta colabora estrechamente con el cliente, fomentando el desarrollo de estrategias prácticas para afrontar situaciones estresantes y prevenir recaídas. Además, asigna tareas para casa que refuerzan los aprendizajes en la vida cotidiana y promueven la autoeficacia.
La formación requiere estudios en psicología o disciplinas afines, seguidos de una especialización en TCC reconocida por asociaciones profesionales. La supervisión clínica y la formación continua aseguran la calidad y la actualización de las intervenciones.
El objetivo final es capacitar al paciente para gestionar sus síntomas de manera autónoma y mejorar su bienestar psicológico, promoviendo cambios sostenibles en sus patrones de pensamiento y conducta.