Un Terapeuta de Pareja y Familia es un profesional de la salud mental especializado en ayudar a individuos, parejas y familias a mejorar sus relaciones y resolver conflictos. Utiliza un enfoque sistémico que considera cómo las dinámicas familiares e interpersonales influyen en la salud emocional de sus miembros.
Entre sus funciones se encuentran la mediación en problemas de pareja, la mejora de la comunicación, el abordaje de crisis familiares y el tratamiento de síntomas como ansiedad, depresión o conductas disfuncionales dentro del núcleo familiar. También trabaja con temas relacionados con la crianza, separación, duelos y transición de etapas vitales.
La intervención puede realizarse en formato individual, en pareja o grupal, dependiendo de las necesidades del caso. El terapeuta aplica técnicas de terapia cognitivo-conductual, enfoque emocional, terapia narrativa o terapia breve sistémica para promover el entendimiento mutuo, la empatía y el cambio en patrones de comportamiento.
Para ejercer, se requiere una formación universitaria en psicología o trabajo social, junto con una especialización en terapia familiar y de pareja avalada por instituciones reconocidas. La práctica supervisada, la formación continua y el cumplimiento de normas éticas son elementos esenciales del ejercicio profesional.
Los terapeutas de pareja y familia trabajan en centros de salud, clínicas privadas, instituciones educativas o de servicios sociales. Colaboran con psicólogos, médicos, trabajadores sociales y educadores para ofrecer un acompañamiento integral y sensible al contexto cultural de las familias.
El objetivo principal es restaurar vínculos afectivos, facilitar el diálogo y promover relaciones más saludables y respetuosas entre sus miembros, mejorando así el bienestar individual y colectivo.