
Pérdida de peso suele asociarse a dietas y ejercicio, pero implica factores psicológicos y socioculturales complejos. Bajar kilos puede mejorar hipertensión y glucemia, pero la presión por alcanzar un ideal corporal impuesto puede generar ansiedad y conductas de riesgo. En países hispanohablantes, el 60 % de los intentos se abandonan antes de los 3 meses porque los métodos elegidos son restrictivos y no se adaptan al contexto personal.
Aspectos emocionales: la insatisfacción corporal, la vergüenza y la comparación en redes sociales alimentan ciclos de restricción y atracones. La Terapia Centrada en Compasión valora la bondad hacia el cuerpo y la mente como herramienta de adhesión.
Dieta yo‑yo y efectos metabólicos: cada rebote aumenta la proporción de grasa visceral y reduce la masa muscular, dificultando futuras pérdidas. El mensaje de “todo vale” para adelgazar crea vulnerabilidad a marketing de suplementos sin evidencia.
Enfoque equilibrado:
- Déficit calórico moderado (10‑20 % de mantenimiento), sin demonizar macronutrientes.
- Priorizar comida real, fibra y proteína para saciedad.
- Ejercicio de fuerza tres veces por semana y cardio ligero diario.
- Mindful eating y diario alimentario para detectar hambre emocional.
- Sueño y gestión de estrés: cortisol alto favorece adiposidad abdominal.
Red flags: obsesión con la báscula, ejercicio punitivo, vómitos autoinducidos, uso de laxantes, fatiga extrema. Puede tratarse de un TA que requiere intervención clínica.
Equipo interdisciplinario: nutricionista para plan individual, entrenador para periodización, psicoterapeuta para imagen corporal, médico para descartar hipotiroidismo o SOP.
Mantenimiento del peso:
- Metas SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes, con plazo).
- Ambiente seguro: alimentos saludables visibles, porciones pre‑servidas.
- Flexibilidad: 80 % elección nutritiva, 20 % disfrute consciente.
- Seguimiento de métricas múltiples: fotos, fuerza, ropa.
Conclusión: la pérdida de peso sostenible se construye sobre hábitos consistentes, autocompasión y apoyo profesional. El objetivo final es salud y calidad de vida, no un número arbitrario.