
Adicción a los videojuegos (trastorno por juego digital) describe un patrón de juego persistente y desadaptativo que se antepone a las obligaciones y relaciones, generando deterioro clínicamente significativo. No todo jugador intensivo es adicto: la clave es la pérdida de control, la prioridad otorgada al juego y la continuidad a pesar de las consecuencias negativas.
Criterios de la OMS: control deteriorado, prioridad creciente y mantenimiento del juego durante al menos 12 meses. La prevalencia mundial oscila entre 1‑5 %. Factores contextuales inciden: accesibilidad 24/7, modelos free‑to‑play con pagos in‑game y cultura competitiva de e‑sports.
Manifestaciones:
- Negligencia de tareas escolares o laborales.
- Alteraciones del sueño (acostarse a las 4 a. m. “para terminar la partida”).
- Ansiedad o irritabilidad cuando se interrumpe el juego.
- Mentir sobre el tiempo conectado o uso de dispositivos a escondidas.
- Deterioro de amistades fuera de línea.
Fisiología del refuerzo: cada victoria o recompensa aleatoria activa dopamina, generando un bucle de granular rewards. El cerebro busca repetir la conducta, aumentando la tolerancia.
Factores de riesgo: baja autoestima, depresión, TDAH, dificultades sociales, historia de bullying, ambientes familiares con límites laxos.
Intervención:
- Terapia cognitivo‑conductual IA enfocada en internet – restructura creencias (“solo soy bueno en el juego”), diseña planes de reducción y expone a ocio alternativo.
- Entrevista motivacional y establecimiento de metas escalonadas.
- Psicoeducación familiar y contrato de tiempo de pantalla.
- Apps de control parental, bloqueadores de horarios, transformación del espacio (consola fuera del dormitorio).
- Fármacos para comorbilidades (ISRS, estimulantes).
Prevención: alfabetización digital, deportes, límites de micropagos, pausas obligatorias en plataformas y fomento de habilidades sociales presenciales.
Mensaje: jugar puede ser saludable y creativo, pero reconocer el punto de inflexión hacia la adicción es fundamental para proteger el bienestar integral.