
Evaluación psicológica es un proceso integral que combina pruebas estandarizadas, entrevistas clínicas y observación para comprender el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual de una persona. Más que un examen único, se trata de un conjunto de procedimientos que generan un perfil detallado, útil para diagnóstico, orientación educativa, toma de decisiones forenses o seguimiento terapéutico.
Fases clave:
- Formulación de la pregunta: definir qué se quiere responder (p. ej., ¿existe TDAH?, ¿cuáles son las fortalezas cognitivas?).
- Selección de instrumentos: optar por test validados y adaptados culturalmente (WISC‑V, MMPI‑2, NEPSY‑II).
- Aplicación y estandarización: condiciones controladas, instrucciones precisas y registro de conductas.
- Integración e interpretación: análisis de puntuaciones, consistencia entre fuentes y relevancia clínica.
- Devolución: informe claro, recomendaciones accionables y espacio para preguntas.
Ética y confidencialidad: consentimiento informado, uso responsable de resultados, respeto a la diversidad y evitación de etiquetas estigmatizantes. Los datos son solo una parte del rompecabezas; el contexto social y cultural complementa la imagen.
Tendencias: administración online supervisada, algoritmos de aprendizaje automático para detectar patrones, uso de realidad virtual en rehabilitación y biometría para medir respuesta emocional.
Conclusión La evaluación psicológica, cuando se realiza con rigor y sensibilidad, se convierte en una brújula que orienta intervenciones personalizadas y empodera al individuo, su familia y los profesionales de la salud.