
La ideación suicida comprende pensamientos de terminar con la propia vida, desde imágenes fugaces hasta planificación detallada. No es un capricho ni busca “llamar la atención”; surge cuando el sufrimiento subjetivo supera los recursos de afrontamiento disponibles. Factores de riesgo: depresión, trastorno bipolar, consumo de sustancias, traumas, violencia de género, acoso, discriminación, dolor crónico y enfermedades graves. La tríada de desesperanza, sensación de ser una carga y desconexión social incrementa el riesgo.
Señales de alarma: hablar de querer morir, aislarse, regalar objetos valiosos, buscar métodos letales, cambios drásticos de conducta, mejora repentina tras depresión profunda (posible decisión). En jóvenes, autolesiones, ciberacoso y bajón académico son indicadores críticos.
Qué hacer: pregunta directa (“¿piensas suicidarte?”), escucha activa sin juicio, quita de medicamentos o armas, contacto con servicios de emergencias (112 en UE, 911 en muchos países) y líneas de ayuda (Argentina 135, España 024, México Línea de la Vida 8009112000).
Terapias efectivas:
- Plan de seguridad – señales, distracciones, motivos para vivir, contactos.
- Terapia cognitivo‑conductual para la prevención del suicidio.
- Terapia dialéctica conductual – especial para impulsividad y autolesiones.
- CAMS – colaboración y monitoreo de motivaciones para vivir.
- Psicofármacos – ISRS, litio, clozapina en psicosis con riesgo.
- Intervenciones biológicas – esketamina, ECT en casos refractarios.
Prevención comunitaria: programas de gatekeepers, restricciones de acceso a pesticidas o puentes, seguimiento telefónico tras alta hospitalaria y postvención para mitigar contagio.
Estrategias de afrontamiento: respiración diafragmática, técnicas de grounding 5‑4‑3‑2‑1, escribir razones para vivir, contactar a un amigo, acudir a espacios seguros (centros de crisis). Recordar que los pensamientos son temporales y no órdenes.
Mensaje final La ideación suicida es tratable. Hablar abre una brecha en el silencio donde puede entrar la luz de la ayuda. No estás solo: tu historia aún tiene capítulos por escribir.