
Adicción sexual, también denominada conducta sexual compulsiva o trastorno hipersexual, se caracteriza por impulsos y comportamientos sexuales persistentes e intensos que dominan la vida de la persona, provocando malestar y deterioro funcional. Incluye consumo excesivo de pornografía, masturbación compulsiva, sexo de riesgo frecuente, infidelidades reiteradas y gasto elevado en servicios sexuales.
Etiología: se asimila a otros trastornos adictivos; la dopamina y el sistema de recompensa refuerzan la conducta. Factores de vulnerabilidad: trauma infantil, abuso sexual, trastornos del ánimo, ansiedad, TOC, uso de sustancias y carencias afectivas. El sexo se convierte en estrategia de afrontamiento ante estrés, soledad o baja autoestima.
Consecuencias: pérdida de relaciones, problemas legales, deudas, riesgo de infecciones, culpa y vergüenza que perpetúan el ciclo, absentismo laboral y alteración del rendimiento.
Criterios del ICD‑11: dificultad persistente para controlar impulsos, prioridad de lo sexual sobre otras áreas, continuidad pese a daños y poca satisfacción duradera. Es esencial descartar episodios maníacos o efectos de sustancias.
Tratamiento:
- Terapia Cognitivo‑Conductual centrada en adicciones — análisis funcional, prevención de recaídas, reestructuración cognitiva.
- Mindfulness y Terapia de Aceptación y Compromiso — desapego de pensamientos eróticos intrusivos.
- Grupos de apoyo (SA, SLAA) — compañerismo y modelo 12 Pasos.
- Terapia de pareja para reparar confianza y renegociar vida sexual.
- Farmacoterapia: ISRS, naltrexona, estabilizadores si hay bipolaridad o impulsividad severa.
Estrategias prácticas: filtros de Internet, agenda estructurada, sustitución de rituales (ejercicio, arte), identificación de emociones subyacentes, contrato de abstinencia gradual.
Métricas de progreso: reducción de tiempo invertido, menos fantasías intrusivas, mayor satisfacción con actividades no sexuales y mejora en la autoestima. Instrumentos como el HBI ayudan al seguimiento.
Conclusión La adicción sexual es tratable. Reconocerla y buscar ayuda es el primer paso para transformar la compulsión en una sexualidad consciente, responsable y placentera.