
Autolesiones alude a conductas deliberadas de daño corporal sin intención suicida inmediata. Las modalidades más frecuentes son cortes, quemaduras, golpes o rascado, pero también ingestión de objetos no letales, arrancarse el pelo o impedir la cicatrización de heridas. Se trata de una estrategia de regulación emocional que, aunque alivia momentáneamente la angustia, perpetúa la culpa y el aislamiento.
Por qué se autolesiona alguien: expresar dolor invisible, desviar la atención de un trauma, sentir control sobre una vida percibida como caótica o reducir una sensación interna de vacío. El dolor físico libera endorfinas que producen sensación transitoria de calma, reforzando la conducta.
Factores de riesgo: abuso infantil, bullying, discriminación, trastornos mentales (depresión, trastorno límite, ansiedad, trastornos alimentarios), perfeccionismo rígido y redes sociales que romantizan la autolesión. Las minorías sexuales y de género presentan prevalencias más altas debido al estrés de minoría.
Indicadores: ropa que cubre brazos en verano, objetos afilados escondidos, frecuentes “accidentes”, retraimiento, cambios de humor severos, dibujos o textos con temática de autolesión.
Tratamientos eficaces:
- Terapia Dialéctica Conductual – módulos de mindfulness, tolerancia al malestar, regulación emocional y habilidades interpersonales.
- TCC centrada en autolesiones – jerarquiza situaciones de riesgo, enseña reemplazos (escribir en piel con marcador rojo en vez de cortar).
- Intervención en trauma: EMDR, terapia sensoriomotriz, exposición prolongada.
- Farmacoterapia – ISRS, estabilizadores de ánimo, antipsicóticos atípicos en impulsividad severa.
- Planes de seguridad – teléfonos de emergencia, distracciones, señales de alerta.
Rol del entorno: escuchar sin juzgar, ofrecer acompañamiento a terapia, no emitir ultimátums (“si lo haces otra vez, te dejo”). Validar la emoción (“entiendo que estás sufriendo”) reduce vergüenza y promueve apertura.
Estrategias de afrontamiento alternativas:
- Estimulación fría (cubos de hielo), chasquear ligas, pintar con rojo intenso.
- Actividad física intensa, baile libre, boxeo con saco.
- Mindfulness 5 sentidos, respiración cuadrada 4‑4‑4‑4.
- Escritura expresiva, arte, música.
- Contacto social, foros de apoyo, líneas telefónicas.
Reducción de daños: desinfectar cortes, usar instrumentos limpios, reconocer patrones y buscar ayuda profesional. La reducción de daños es puente hacia la abstinencia de autolesión.
Mensaje final Autolesionarse no es un defecto moral, sino un síntoma de sufrimiento emocional. Con apoyo adecuado y voluntad de cambiar, es posible construir nuevas formas de afrontamiento, sanar la autoestima y reencontrar sentido.