
Psicosomática es la disciplina que explora cómo los procesos mentales —emociones, pensamientos, recuerdos— impactan en el organismo. Bajo esta perspectiva, la ansiedad crónica o la tristeza pueden desencadenar cascadas neuroendocrinas capaces de alterar la inmunidad, la función digestiva y la percepción del dolor. No se trata de síntomas “imaginarios”, sino de una interacción tangible entre cerebro y cuerpo, mediada por sustancias como cortisol, serotonina y citoquinas inflamatorias.
Presentaciones clínicas: colon irritable, migraña, dolor pélvico crónico, eczema, hipertensión lábil y brotes autoinmunes suelen correlacionar con episodios de estrés. Estudios longitudinales revelan que el 60 % de pacientes con somatizaciones tiene antecedentes de trauma infantil o estrés sostenido.
Modelo biopsicosocial: la vulnerabilidad genética prepara el terreno; factores socioculturales (poca red de apoyo, exigencias laborales) y eventos vitales (pérdida, abuso) actúan como disparadores. El sistema nervioso autónomo entra en “hipervigilancia”, amplificando señales corporales normales hasta percibirlas como dolorosas.
Evaluación implica descartar enfermedades orgánicas sin minimizar la vivencia del paciente. Herramientas como el Inventario de Síntomas Somáticos (PHQ‑15) ayudan a cuantificar la carga. Una comunicación empática reduce medicalización innecesaria.
Estrategias terapéuticas:
- Terapia Cognitivo‑Conductual enfocada en síntomas somáticos.
- Mindfulness y entrenamiento autógeno para regular el eje HPA.
- Biofeedback y neurofeedback.
- Programas de ejercicio graduado para restaurar la confianza corporal.
- Fármacos antidepresivos o ansiolíticos cuando se detecta comorbilidad.
Papel de la educación Entender la conexión mente‑cuerpo disminuye la catastrofización y empodera al paciente para autogestionar sus síntomas.
Prevención combina higiene del sueño, gestión de estrés, apoyo comunitario y espacio seguro para la expresión emocional.
Conclusión La psicosomática nos recuerda que salud y emoción son inseparables. Abordar ambos frentes integra el tratamiento y abre la puerta a una recuperación duradera.