La soledad.

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La psicología de la soledad: cómo hacer las paces contigo mismo

¿Cuál es la diferencia entre soledad y estar solo?

La soledad y estar solo a menudo se usan indistintamente, pero en realidad expresan dos significados diferentes. La mayor distinción entre estos dos términos es que uno se refiere a un sentimiento, mientras que el otro se refiere a una situación en la vida. En muchas definiciones, la soledad se describe como "estar solo". Este estado de ánimo, que hace que las personas se sientan vacías, aisladas y no deseadas, ocurre cuando hay un desajuste entre lo que una persona espera y lo que realmente experimenta6.

Estar solo, en cambio, se refiere simplemente a la situación en la que nos encontramos: la llamada soledad física. Podemos estar solos en una habitación, en casa, caminando de noche por la calle o incluso en medio de un bosque. Es un estado que se puede notar y medir, y lo cierto es que estar solo no siempre es algo negativo; de hecho, a veces puede resultar muy beneficioso. 7

La soledad, por otro lado, es un sentimiento que todas las personas pueden experimentar, aunque es complejo y único. Cada uno lo vive de manera distinta y en diferentes circunstancias. No siempre está ligada al hecho de estar solo; si alguien se siente aislado o desconectado, entonces está atravesando la experiencia de la soledad.

Una persona puede estar sola por elección o por necesidad. Sin embargo, el sentimiento de soledad rara vez se experimenta de manera voluntaria. Mientras que la soledad impuesta puede resultar dañina, elegir estar solo puede ser muy beneficioso, ayudando al crecimiento personal y a desarrollar una relación más sana contigo mismo. Dedicar tiempo a la introspección es fundamental para conocerse mejor y crecer como persona.

La soledad forzada empuja a la persona hacia el sentimiento de soledad emocional, que es doloroso y le priva de la sensación de pertenencia. Estar solo, en cambio, puede ser una experiencia agradable que favorece el crecimiento personal de manera positiva, y la soledad elegida puede terminarse cuando uno lo desee. La soledad emocional, por su parte, es sentir que falta conexión con los demás aunque se desee tenerla.

La diferencia más importante entre estos dos términos es que una persona puede estar sola sin sentirse sola. Estar solo a veces es una elección, pero el sentimiento de soledad nunca lo es.

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¿Cómo impacta la soledad en nuestra psicología y bienestar emocional?

El cerebro es un órgano que funciona a través de la conexión humana; por eso, sentir que no se recibe suficiente interacción con otras personas —es decir, sentirse solo— puede afectar gravemente la salud mental. La soledad puede aumentar la aparición de condiciones como la depresión y la ansiedad, y también influir en la manera en que el cerebro procesa las emociones1.

Existe una relación bidireccional entre la soledad y la salud mental. La soledad puede generar cambios en el cerebro que están relacionados con distintos problemas de salud mental. En otras palabras, puede provocar alteraciones que empeoran el bienestar psicológico5.

A medida que el bienestar mental se deteriora, la sensación de soledad aumenta, y a su vez, a mayor soledad, peor se vuelve el bienestar psicológico. En esta relación tan estrecha, se sabe que el apoyo social y el no estar solo favorecen la resiliencia psicológica.

La falta de apoyo social dificulta que las personas gestionen el estrés, lo que afecta de manera importante su salud y bienestar. El apoyo social —es decir, no estar solo y mantener contacto con otros— ayuda a afrontar los síntomas de trastornos como la ansiedad, el estrés o la depresión, y también favorece la recuperación durante la terapia. Como psicólogos, siempre damos mucha importancia a los círculos de confianza que rodean al paciente. No estar solo fomenta la sensación de pertenencia y conexión. 1.

El sentimiento de soledad aumenta los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que afecta negativamente a la salud. Como la soledad genera mucho estrés, incluso quienes se cuidan con ejercicio regular, una dieta saludable y buenos hábitos de sueño pueden enfrentar problemas de salud cuando se sienten solos.

La soledad puede provocar un aumento en el consumo de alcohol y otras sustancias, un mayor riesgo de adicciones, mayor probabilidad de depresión, niveles elevados de estrés y conductas más autodestructivas4.

¿Qué provoca la soledad extrema?

La soledad no solo tiene efectos sobre la mente, sino también sobre el cuerpo. Sus consecuencias pueden ser muy serias e incluso aumentar el riesgo de muerte.

Un estudio de 2019 analizó los efectos de la soledad en el cerebro y encontró que, independientemente del tamaño del círculo social de una persona, quienes se sentían solos mostraban una reducción en ciertas áreas del cerebro. A largo plazo, se comprobó que la soledad afecta el procesamiento emocional y las habilidades de memoria2.

Un estudio de 2018 encontró que la soledad también afecta la calidad del sueño. Realizado con más de 600 participantes, mostró que la soledad tiene un impacto negativo sobre el descanso9.

La soledad excesiva también puede contribuir a la obesidad, enfermedades del corazón, insuficiencia cardíaca crónica, hipertensión, colesterol alto, mayor riesgo de enfermedades y consumo de sustancias debido a la falta de actividad física3.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., la soledad aumenta la vulnerabilidad a padecer condiciones como demencia, estrés, Alzheimer, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, depresión, ansiedad, suicidio y trastornos de la personalidad8.

Los efectos de la soledad en el cerebro incluyen problemas de memoria y aprendizaje, conductas antisociales, alteraciones en el funcionamiento cerebral y dificultades para tomar decisiones. Se sabe que la soledad genera un estrés significativo en las personas, y el estrés excesivo provoca la liberación de grandes cantidades de cortisol. Este exceso de cortisol puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando la vulnerabilidad a infecciones y enfermedades.

¿Qué debería hacer una persona cuando está sola?

Sufrir de soledad es uno mayores miedos de la sociedad actual, pero estar solo no es algo que haya que temer. Cuando estamos solos, podemos fortalecer nuestra relación con nosotros mismos, dedicar tiempo a cuidarnos, mejorar como personas y manejar nuestras emociones de manera más sencilla.

La forma en que una persona percibe estar sola cambia completamente su perspectiva sobre la soledad. Quienes la ven como algo aterrador, angustiante o triste tienden a evitarla, mientras que quienes la consideran una oportunidad de crecimiento y desarrollo la disfrutan.

En vidas dominadas por la constante ocupación, el exceso de trabajo y el estrés, pasar tiempo a solas puede ser en realidad una oportunidad para respirar y relajarse. Escuchar música inspiradora o cargada de emoción cuando estamos solos nos brinda un respiro del estrés y contribuye a mejorar el ánimo. .

Poner un podcast, un audiolibro o algún programa que acompañe con su sonido puede hacer que estar solo en casa se sienta mucho más agradable. También cuidarse juega un papel clave: dedicar tiempo a la propia salud nos enseña a disfrutar de la soledad y a sentirnos bien en ella. Meditar, moverse un poco, cocinarse algo rico o salir a dar de comer a los animales son pequeños gestos que ayudan a convertir esos ratos a solas en algo valioso

Gran parte de la soledad surge del miedo a sentirse solo, pero uno de sus beneficios es que permite conocerse mejor a uno mismo. Cuando estamos solos, podemos embarcarnos en pequeñas aventuras, salir a comer fuera por nuestra cuenta o dar un paseo en la naturaleza —en resumen, disfrutar de nuestro tiempo a solas. Aprovechar la soledad al máximo reduce el miedo a sentirse solo y ayuda a disminuir la sensación de soledad.

Dedicar tiempo a los hobbies o a actividades que resulten significativas y placenteras ayuda a que la soledad se sienta menos pesada y a encontrar más calma. Tratarse con paciencia y compasión fortalece la relación con uno mismo, lo que facilita afrontar la soledad y mitigar las emociones que puede traer consigo. .

Con el tiempo, usando estos métodos, las personas pueden aprender a aceptar y disfrutar los momentos de soledad, aprovechándolos para la reflexión y la sanación personal.

¿Cómo hacer las paces con la soledad ?

La soledad puede sentirse muy dura, porque nos aleja de la conexión y del sentido de pertenencia. Aun así, se puede superar. Eso sí, requiere un esfuerzo consciente y constante, pequeños pasos que con el tiempo marcan la diferencia. Estos cambios nos ayudan a estar más felices, cuidar nuestra salud y conectar mejor con los demás, recuperando ese sentimiento de pertenencia que tanto necesitamos. Algunas ideas prácticas son hacer voluntariado, abrirnos más con quienes nos rodean, aprender a disfrutar de los pequeños momentos, retomar amistades del pasado o incluso pedir ayuda profesional

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Participar en actividades de voluntariado

En el voluntariado, muchas personas con un mismo objetivo y valores se unen para ayudar. Esto no solo acerca a quienes ya comparten intereses, sino que también aumenta la interacción social y facilita la creación de conexiones. En estas actividades, las personas se comunican con quienes trabajan a su lado, y esas relaciones a menudo se convierten en amistades.

Hacer el bien y formar parte de algo más grande que uno mismo ofrece una perspectiva más amplia, un sentido de identidad y la satisfacción del logro. Dado que la soledad afecta a las personas de muchas maneras, la sensación de éxito y de generosidad que aporta el voluntariado beneficia especialmente a quienes se sienten solos.

Abrirse a las personas que te rodean

Hablar sobre cómo nos sentimos con personas que ya forman parte de nuestra vida alivia la presión emocional y nos brinda el apoyo social que necesitamos y deseamos. Este respaldo social y emocional reduce la sensación de soledad y anima a las personas a encontrar nuevas formas de afrontarla junto a sus seres queridos.